1. Preparación de la materia prima: Se prepara polvo de carburo de silicio de alta pureza. La pureza y la granularidad del polvo son cruciales para las propiedades finales del crisol.
2. Mezclado y conformado: El polvo de carburo de silicio se mezcla con un aglutinante para formar una mezcla homogénea. Esta mezcla se conforma luego en la forma de un crisol utilizando diversas técnicas de conformado, como prensado en seco, prensado isostático o colado por deslizamiento.
3. Inspección y acabado: Después de la sinterización, los crisoles se inspeccionan en busca de defectos y se acaban mediante rectificado o mecanizado para lograr las dimensiones y el acabado superficial requeridos.
4. Horno de secado: En algunos procesos, se puede incluir una etapa de curado para entrecruzar el aglutinante y mejorar la integridad estructural del cuerpo verde antes de la sinterización.
5. El recubrimiento del crisol es un proceso importante que se utiliza para mejorar el rendimiento del crisol en entornos de alta temperatura, para fundir materiales como el silicio de alta pureza.
6. Horno de gas: El crisol se coloca en el horno de gas para la etapa final de cocción.
Horno de secado
Prensa isostática
La prensa isostática es un equipo de moldeo que funciona bajo ultra alta presión. Utiliza aceite, agua o gas como medio de trabajo y aplica la misma fuerza de ultra alta presión en todas las direcciones para todas las superficies del objeto, de modo que la densidad de la pieza formada sea alta y uniforme, y la contracción de sinterización sea uniforme y fácil de procesar.
La producción de crisoles de carburo de silicio es un proceso meticuloso que requiere un control preciso sobre los materiales, el conformado y la cocción para lograr las características de alto rendimiento por las que se conocen estos crisoles. El producto final es un crisol capaz de soportar temperaturas extremas y proporcionar una excelente resistencia a la corrosión y al choque térmico, lo que los hace adecuados para una variedad de aplicaciones de alta temperatura.
La producción de crisoles de carburo de silicio es un proceso meticuloso que requiere un control preciso sobre los materiales, la conformación y la cocción para lograr las características de alto rendimiento por las que se conocen estos crisoles. El producto final es un crisol capaz de soportar temperaturas extremas y proporcionar una excelente resistencia a la corrosión y al choque térmico, lo que los hace adecuados para una variedad de aplicaciones a altas temperaturas.